3 de septiembre de 2008

TALES DE MILETO



Vida y Anécdotas


A las afueras de la ciudad de Mileto, bajo el suave clima mediterráneo, un extraño personaje da un breve paseo contemplando el cielo, entregado a profundas reflexiones sobre las esferas celestes; intentando desentrañar su gran misterio y belleza. De él se dice diversas cosas, se lo acusa de ser uno de los más grandes sabios de su época, de poseer ascendencia fenicia, de predecir un eclipse, y de haber viajado a Oriente.

Este hombre a quien la posteridad denominará el primer filosofo en busca del Conocimiento realizará largos viajes y tendrá por maestros a sacerdotes egipcios y caldeos quienes lo iniciaran en el conocimiento de las cosas celestes y divinas.

Ahora contempla el cielo, de pronto siente un vacío, que le hace perder el equilibrio, como si alguien hubiera retirado el suelo de sus pies y cae en un pozo profundo. Quiere el destino que una muchacha tracia, graciosa y bella, que fuera testigo de la escena se burlará de Tales, ese es el nombre nuestro extraño personaje, diciéndole irónicamente: «Como pretendes conocer las cosas del cielo si ni siquiera te fijas en las que tienes junto a tus pies». Y es que el destino del hombre es (y sobre todo del filosofo) vivir entre el cielo y la tierra.

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A Tales, como a todo filósofo, se le ha injuriado su pobreza, debido a la supuesta inutilidad de la filosofía. Entonces este filosofo decide dar una lección a estos necios. Y lleva a cabo una estrategia comercial, debido a sus conocimientos astronómicos, sabe como será la cosecha de aceitunas. Así, en invierno con el poco dinero que tiene toma mediante fianza todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Hasta que llega el momento en que todos buscan prensas, alquilándolas al precio que se le antojaba, ganando así mucho dinero, demostrando así que fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo.

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Pero Tales no es un hombre con sed de riquezas, sino más bien con sed de conocimiento, y va en busca de él, Egipto parece ser el país idóneo pues la casta sacerdotal ha conservado mejor que ningún otro pueblo su pasado y por lo tanto su tradición y conocimientos. Y allí es instruido Tales. Muchos años después cuenta Jámblico, el viejo Tales exhortará al Joven Pitágoras a navegar hacia Egipto y a frecuentar lo más posible Memfis y en Dióspolis, a los sacerdotes de esos lugares.

Quizá fue en uno de esos viajes donde midió la altura de las pirámides de Egipto, midiendo la sombra de estas a la hora en que la suya solía ser igual a su cuerpo.

Pero ¿cuál es la sabiduría que posee Tales? En griego la palabra “sabio” se refiere a la destreza o habilidad en el ejercicio de alguna práctica artesanal y a la destreza propia del estadista o gobernante.
Doctrina y Textos:

Todo lo que sabemos de la doctrina de Tales, se sabe por obra de terceros, se cree que no dejó ningún escrito, excepto dice Simplicio la llamada: Astronomía Naútica.

Hemos seleccionado tres textos que hablan sobre Tales de Mileto, donde se señalan algunas de sus reflexiones:

Fragmento 23: «Se dice que el Milesio Tales, uno de los siete sabios, fue el primero que se abocó a la filosofía natural. Dijo que el agua es principio y fin de todo. A partir de ella, por reunión, se forman todas las cosas y, a la inversa, al disolverse, son llevadas nuevamente hacia ella» (Hipólito, I, 1,1)

Fragmento 18: «La mayoría de los que filosofaron por primera vez consideraron que los únicos principios de todas las cosas son de especie material. Aquello a partir de lo cual existen todas las cosas son de especie material. Aquello a partir de lo cual existen todas las cosas, lo primero a partir de lo cual se generan y el término en que se corrompen, permaneciendo la sustancia mientras cambian los accidentes, dicen que es el elemento y el principio de las cosas que existen; por esto consideran que nada se genera ni se corrompe, pues tal naturaleza se conserva siempre... Debe de haber, pues, alguna naturaleza única o múltiple a partir de la cual se generan las demás cosas, conservándose ella. No todos dicen lo mismo sobre el número y la especie de tal principio, sino que Tales, quien inició semejante filosofía, sostiene que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está sobre agua). Tal vez llegó a esta concepción tras observar que todas las cosas tienen un alimento húmedo y que el calor se produce y se mantiene en la humedad (ya que aquello a partir de lo cual se general las cosas es el principio de todas ellas). Por eso llegó a esta concepción y también porque todas las simientes son de naturaleza humedad y el agua es el principio natural de las cosas húmedas. Pero hay quienes consideran que los más antiguos, muy anteriores a la generación actual y primeros en reflexionar sobre los dioses, pensaron así la naturaleza e hicieron a Océano y Tetis padres de la generación.» (Aristóteles. Metafísica. I 3, 983b.)

Fragmento 21: «Tales prestó atención al aspecto generador, nutritivo, cohesionador y vivificante del agua.» (Simplicio, Física, 36, 10-11)

Como señalan estos textos se ha designado a Tales como el primero que se dedicó a la Filosofía Natural, quien por diversas razones arriba expuestas, señaló al agua como principio de todas las cosas. Pero cuando Aristóteles se refiere a «los más antiguos» parece ser que habla de Homero quien en la Ilíada XIV 201 se narra que Hera va a visitar, en los confines de la tierra, a: «Océano, génesis de los dioses, y a la madre Tetis»; en XIV, 246 menciona a «Océano, quien génesis para todas las cosas, las ha procreado».[1] Vemos así que la postura de Tales no es exclusivamente racional sino que también participa de él, el elemento mítico.

Fragmento 24: «Y algunos dicen que el alma está mezclada en el todo, de ahí también quizá que Tales haya pensado que todo está lleno de dioses»

Fragmento 27: «Tales sostuvo que la inteligencia del cosmos es dios, que el todo está animado y lleno de divinidades y que a través de la humedad elemental se difunde un fuerza divina que la mueve» (AECIO, I 7, 11)

Fragmento 28: «El milesio Tales, el primero que investigó estas cosas, dijo que el agua es principio y que dios es esa inteligencia que hace absolutamente todas las cosas a partir del agua» (CICERON, De. Nat. Deor. I 10, 25)

Fragmento 29: «Parece que Tales, según comentan, concibió al alma como algo que mueve, si realmente dijo que el imán tiene alma por que mueve al hierro» (Aristóteles., Del Alma, I 2, 405 a)[2]

Los fragmentos de Aristóteles dejan entrever la creencia en el alma y la divinidad por parte de Tales: «Todo esta lleno de dioses» y «el alma como algo que mueve». Mientras que Aecio y Cicerón, agregan una idea no señalada por Aristóteles, donde se identifican a Dios con la inteligencia que ha hecho todo a partir del agua.

Bueno ese es Tales uno de los Siete Sabios de Grecia, geómetra, estadista, astrónomo, discípulo de sacerdotes, viajero, y sobre todo filósofo en el verdadero sentido de la palabra: Fiel amante de la Sabiduría.
NOTAS:
[1] El presente capítulo sobre los Presocráticos ha sido elaborado tomando como base la obra de Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá. Los filosofos presocráticos. Gredos. Madrid. 1981. pp. 61-82
[2] En “Cien Años de Soledad” Gabriel García Márquez, se sirve de esta idea cuando el gitano Melquíades, lleva por primera vez el imán a Macondo. «Las cosas tienen vida propia ¾pregonaba el gitano con áspero acento¾, todo es cuestión de despertarles el anima.»

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