PEDRO SUAREZ VERTIZ
Saben
porque sigo vigente? Porque mis canciones siguen sonando? Y las de Río, Milki,
Arena Hash, Daniel F, Gianmarco, Frágil también? Porque nos gestamos en los 80.
En la época de esa foto. Esa era la radio más escuchada, y ese era el
apoteósico recibimiento a la banda más importante de Hispanoamérica, Soda
Stereo. Así estábamos.
Nosotros
éramos simples púberes en un país con apagones y bombas explotando todo el día.
Nadie tenía plata. Cada pan costaba un millón de soles. Por la tarde 2 millones
y al día siguiente 3 millones. Así era la inflación. No habían redes sociales
donde lloriquear ni rajar todo el día. Solo teníamos nuestros destinos.
Y
nos hicimos indestructibles. Compusimos canciones indestructibles. Viajábamos
por carreteras destruidas llenas de desconocidos con rifles parándonos cada 500
mts. Por eso crecimos
apolíticos. Porque la política era
paupérrima. Y triunfamos. Hasta hoy.
No caigan en fanatismos
inútiles. El mundo
fue, es, y será una porquería, reza el dicho. Pero quedas tú y ninguna podredumbre política
debe frenarte.
Hay
cosas que cambiar? Por supuesto que sí. Pero no te quedes mirando y rajando
como los curiosos cuando atropellan a alguien en la calle. Lucha por ti mismo y
sal adelante. La mala situación nunca será una excusa.
Vamos
peruano!
* * *
CARLOS GARCIA (CHARLIE
DE DIAZEPUNK)
Se
equivoca Pedro Suarez Vértiz al decir que triunfó porque en la época más
convulsionada de nuestro país (terrorismo y dictadura) eligió ser “apolítico”.
Ser apolítico
es tomar posición, él
eligió darle la espalda a su país en el momento que más lo necesitaba. Él
eligió cantar que su “auto era una rana” y no sobre otros muchachos que como él
eran desaparecidos o detenidos, acusados injustamente de terrorismo por los
agentes de la dictadura de Alberto Fujimori padre de Keiko, su hija y sucesora
con quien muy apolítico él se toma fotos y le desea algún día sea presidenta.
El Pedro Suárez Vértiz apolítico, hijo de
modelo famosa como sus amigos y de billetera gruesa como su entorno, se paseaba
por las discotecas cantando de “tomar un vino y una cerveza y hacer el amor” o
de “los globos del cielo”, mientras el país se caía a pedazos entre sangre y
corrupción. Lo más parecido que hizo a protestar fue escribir “Degeneración
actual”, una canción conservadora, machista, homofóbica y de mal
gusto.
No
voy a decirle a alguien que no cante de amor, cómo podría yo… Está bien cantar
de lo que se quiera, pero decirse apolítico y que esa
es la razón de su éxito es una mentira cobarde. Pedro Suárez Vértiz
podía vivir en ese Perú que nunca se vio realmente afectado por el terrorismo o
la dictadura. Que no joda Pedro Suárez Vértiz… no es apolítico, al contrario,
es sumamente político y su discurso es el de quienes desde el podio de sus
privilegios de clase creen que pueden decirle al resto
cómo deben ser y que sean como él.
Otra
cosa… Hay que pensar que el mundo es plano y del tamaño de una servilleta para
decir que Pedro Suárez Vértiz triunfó… qué pocas aspiraciones las de Pedro.
¿Hizo carrera fuera del país? No hablo de tocar fuera para la comunidad peruana
que no es lo mismo. Hablo de una carrera firme y seria fuera de nuestro país
donde él existe gracias a sus privilegios y a la radio de la que pocos son
dueños, radio que insiste en pasar la música de su amigo inventado.
Hace
un mes 8 ex militares chilenos fueron finalmente condenados a 18 años de cárcel
por el asesinato de Víctor Jara. Un músico
chileno que no solamente es reconocido y referencia para otros músicos en todo
el mundo, sino que hizo de su música, su guitarra y su voz un instrumento de resistencia contra la dictadura de Pinochet. Fue
detenido y llevado al en ese entonces Estadio de Chile junto a muchos otros
opositores de la dictadura, fue torturado, se le fracturaron las manos para que
no pueda tocar guitarra nunca más, se le ejecutó de un balazo en la cabeza y
luego se le acribilló con 44 balazos. Su cuerpo fue tirado a una fosa común
como NN y después de un tiempo recién su esposa pudo reconocer el cadáver para
darle sepultura.
Cualquier
párrafo escrito por Víctor Jara tiene más valor en
Latinoamérica y el mundo que el mejor de los discos de Pedro… o que
cualquiera de los artículos cojudos que escribe en páginas y revistas. Víctor
Jara no fue apolítico, Víctor Jara no fue un cojudo y, sobre todo, Víctor Jara
no fue un cobarde.
¿De
qué éxito habla entonces Pedro Suárez Vértiz? Nadie que diga que callar ante la
injusticia es la clave del éxito merece respeto.
Púdrete Pedro.
* * *
COMENTARIO
CRÍTICO
Mirko Díaz Sánchez
He
leído el texto de PSV y Carlos García (Charly) y en realidad suscribo el artículo de PSV.
Charly acusa a PSV de considerar su apoliticidad como causa de su éxito. Pero
esta interpretación es errónea, no se deduce del texto. PSV hace un breve
comentario sobre su juventud y la de otros cantantes de su generación; y la
situación adversa que les tocó vivir. A continuación cito sus palabras: “Por eso crecimos
apolíticos. Porque la política era paupérrima. Y triunfamos. Hasta hoy”. PSV
se confiesa a sí mismo apolítico, debido al carácter paupérrimo de la política,
pero en ningún momento dice que esta elección personal sea la correcta, ni que
deba ser un modelo a seguir para todos los jóvenes peruanos. Y tampoco dice que
esta sea la causa de su éxito, como sostiene C.G. Luego añade “Y triunfamos”, aunque no está explícito,
a decir de PSV su triunfo se debe a su esfuerzo personal por salir adelante y
cumplir sus metas. Luego PSV nos aconseja: “No caigan en fanatismos inútiles”. Consejo que
me parece válido, pues, creo que el dogmatismo en todas sus posibles vertientes
es dañino. Luego PSV afirma: “El mundo fue, es, y
será una porquería, reza el dicho. Pero quedas tú y ninguna podredumbre
política debe frenarte.” Creo que la intención de PSV fue brindar un
consejo a los jóvenes peruanos para que continúen luchando por sus metas
personales sin fanatismos, y sin caer en pesimismos pese a la adversa situación
política que sufrimos día a día, pero obviamente dicho consejo, tiene un sesgo,
se produce desde su experiencia personal que no tiene que ser perfecta o
adecuada a nuestras expectativas personales y credos políticos… y que se ajusta
a la clase social a la que pertenece… Considero que una crítica que podría
realizar a PSV es que no todos los jóvenes
de su generación fueron apolíticos, pero creo que el mismo PSV estaría de acuerdo con esto.
C.G. critica a P.S.V. por afirmar que “triunfó porque …. eligió
ser apolítico”. Y como he argumentado
en el párrafo anterior, ello no es cierto. Me parece que C.G. comete (sin ser
consciente de ello) la falacia del hombre de paja, falacia que consiste en atacar
una afirmación no formulada por el oponente; luego inicia su critica a P.S.V.
haciendo una observación que es verdad “ser
apolítico es tomar una posición”. C.G. dice “no voy a decirle a alguien que no cante de
amor, cómo podría yo… Está bien cantar de lo que se quiera, pero decirse
apolítico y que esa es la razón de su éxito es una mentira cobarde”. Pero pese a dichas afirmaciones C.G. afirma: “él eligió darle la
espalda a su país en el momento que más lo necesitaba. Él eligió cantar que su
“auto era una rana” y no sobre otros muchachos que como él eran desaparecidos o
detenidos” entonces C.G. si juzga a
PSV por la temática de sus composiciones, por ser una temática politicamente
apolítica, solo le falta adjetivarla de “burguesa, subjetiva y reaccionaria”.
Lo
juzga por tomarse fotos con Keiko y desearle que sea presidenta, lo juzga por
pertenecer a una clase social acomodada, como si uno eligiera la clase social
en la que le toca nacer, e ir a discotecas como si los jóvenes de su época y él
mismo no hubiera ido a una discoteca nunca. “hijo de modelo famosa como sus amigos y de billetera gruesa
como su entorno, se paseaba por las discotecas cantando de “tomar un vino y una
cerveza y hacer el amor” o de “los globos del cielo”… C.G. agrega “su discurso es el
de quienes desde el podio de sus privilegios de clase creen que pueden decirle
al resto cómo deben ser y que sean como él” no
puedo estar de acuerdo con estas afirmaciones pues PSV nunca se ha erigido como
un modelo de vida de nadie… Luego C.G. minimiza el éxito o el triunfo de PSV, mostrando
un claro ejemplo de que el peor enemigo de un peruano es otro peruano... “Otra cosa… Hay que pensar que el mundo es plano y del tamaño
de una servilleta para decir que Pedro Suárez Vértiz triunfó… qué pocas
aspiraciones las de Pedro. ¿Hizo carrera fuera del país? No hablo de tocar
fuera para la comunidad peruana que no es lo mismo. Hablo de una carrera firme
y seria fuera de nuestro país donde él existe gracias a sus privilegios y a la
radio de la que pocos son dueños, radio que insiste en pasar la música de su
amigo inventado.” Al respecto, diré
que la noción de triunfo o éxito es relativa por lo que siempre se podrá
argumentar a favor o en contra del triunfo de una persona.
Luego, viene la comparación entre P.S.V.
y Víctor Jara. Comparación tendenciosa que muestra la valoración personal que
hace C.G. de lo que debe ser un verdadero músico y artista. Víctor Jara fue un
hombre comprometido con la lucha social y que dio la vida por sus ideales políticos.
Creo que nadie puede negar el valor de dicho sacrificio…; pero cuál es el
argumento en esta comparación, que ¿solo el arte comprometido es arte?, acaso ¿el
arte comprometido tiene más valor que el arte sin compromiso político?, ¿que el
criterio para valorar a un artista debe ser su postura política o su arte?, ¿que
nuestra valoración de las obras artísticas deben guiarse según nuestra
ideología política? Y entonces
extendamos la conclusión de C.G. a todos los músicos y artistas no
comprometidos con la postura política “correcta”. Y termina agregando: “Cualquier párrafo
escrito por Víctor Jara tiene más valor en Latinoamérica y el mundo que el
mejor de los discos de Pedro… o que cualquiera de los artículos cojudos que
escribe en páginas y revistas. Víctor Jara no fue apolítico, Víctor Jara no fue
un cojudo y, sobre todo, Víctor Jara no fue un cobarde”. Termina su
escrito insultando a PSV, ya que si Víctor Jara no lo fue, PSV si fue apolítico,
cojudo y cobarde. Y otra vez, atribuyéndole palabras que él no ha pronunciado, lo
desacredita una última vez. Y vuelve a ser ofensivo: “¿De qué éxito habla entonces Pedro Suárez
Vértiz? Nadie que diga que callar ante la injusticia es la clave del éxito merece
respeto. Púdrete Pedro.” Por último el artículo se añade una foto de
Pedro con Keiko Fujimori, como si el hecho de tomarse una foto con alguien
implica la adopción de sus ideas políticas. Y entonces resumamos las ideas
expresada por C.G.:
(1) Atribuye erróneamente a PSV la idea de
que su triunfo se debe a su apoliticidad.
(2) Afirma que la apoliticidad es una toma
de posición política, idea con la cual estoy de acuerdo.
(3) Acusa a PSV por no elegir temas
políticamente correctos para sus canciones.
(4) Acusa a PSV por pertenecer a una clase
social, como si fuera una elección propia.
(5) Acusa a PSV de no haber logrado un
verdadero triunfo.
(6) Compara a PSV y a Víctor Jara, con la
intención de mostrar el valor de un músico comprometido políticamente.
(7) Por último menosprecia, insulta y
agrede verbalmente a PSV.
Creo que la controversia entre P.S.V. y C.G.
elevada a un plano filosófico y político se mueve en las siguientes
interrogantes: ¿Es válido juzgar a un artista
por sus compromisos políticos o morales? ¿El credo político y moral de
un artista deslegitima el valor de su arte? Mi posición es que no. No creo que
solo el arte comprometido sea arte. No creo que el arte comprometido tenga más
valor intrínseco que el arte sin compromiso político, puedo apreciar el valor
de ambos a pesar de sus diferencias, tampoco creo que el criterio para juzgar el
valor de un artista sea su postura política, sino la belleza de su arte, y
menos que deba imponer mis prejuicios políticos a la hora de evaluar una obra
de arte. No sé si PSV es fujimorista, ni me importa, sé que su música no lo es
y con eso me basta. Valoro su música por el sentimiento profundo que despierta,
me gustan las canciones de amor, subjetivas, burguesas, reaccionarias,
apolíticas, cojudas y cobardes… Considero que un artista, es un ser humano,
imperfecto, limitado, falible y por ello más humano… Y juzgo a las personas por
su calidad moral y no por su ideología política. Gracias PSV por tus canciones…
“Cuéntame”, “Una vez una flor”, “Te siento de solo pensar”, “Cuando piense en
volver”, “Lo olvidé”, y otras más… Y cuando escribo esto vienen a mi mente… la acusación
de John Lenon a Paul Mac Cartney de que solo escribe tontas canciones de amor, acusación
a la que Paul respondió con una bella canción “Silly Love Song”; viene a mi
mente la escena de la adaptación al cine del Doctor Zhivago (1965) con Omar Sherif y
la conversación entre Pavel Strelnikov y Yuri Andreievich sobre la importancia
de la poesía y la revolución; y no puedo dejar de recordar la amistad del "Amauta" José
Carlos Mariátegui con el gran poeta apolítico José María Eguren. No caigamos en
fanatismos inútiles, nunca más pongamos a la ideología por encima de las
personas.