8 de agosto de 2018



PEDRO SUAREZ VERTIZ

Saben porque sigo vigente? Porque mis canciones siguen sonando? Y las de Río, Milki, Arena Hash, Daniel F, Gianmarco, Frágil también? Porque nos gestamos en los 80. En la época de esa foto. Esa era la radio más escuchada, y ese era el apoteósico recibimiento a la banda más importante de Hispanoamérica, Soda Stereo. Así estábamos.

Nosotros éramos simples púberes en un país con apagones y bombas explotando todo el día. Nadie tenía plata. Cada pan costaba un millón de soles. Por la tarde 2 millones y al día siguiente 3 millones. Así era la inflación. No habían redes sociales donde lloriquear ni rajar todo el día. Solo teníamos nuestros destinos.

Y nos hicimos indestructibles. Compusimos canciones indestructibles. Viajábamos por carreteras destruidas llenas de desconocidos con rifles parándonos cada 500 mts. Por eso crecimos apolíticos. Porque la política era paupérrima. Y triunfamos. Hasta hoy.

No caigan en fanatismos inútiles. El mundo fue, es, y será una porquería, reza el dicho. Pero quedas tú y ninguna podredumbre política debe frenarte.

Hay cosas que cambiar? Por supuesto que sí. Pero no te quedes mirando y rajando como los curiosos cuando atropellan a alguien en la calle. Lucha por ti mismo y sal adelante. La mala situación nunca será una excusa.

Vamos peruano!

* * *

CARLOS GARCIA (CHARLIE DE DIAZEPUNK)

Se equivoca Pedro Suarez Vértiz al decir que triunfó porque en la época más convulsionada de nuestro país (terrorismo y dictadura) eligió ser “apolítico”.

Ser apolítico es tomar posición, él eligió darle la espalda a su país en el momento que más lo necesitaba. Él eligió cantar que su “auto era una rana” y no sobre otros muchachos que como él eran desaparecidos o detenidos, acusados injustamente de terrorismo por los agentes de la dictadura de Alberto Fujimori padre de Keiko, su hija y sucesora con quien muy apolítico él se toma fotos y le desea algún día sea presidenta.

     El Pedro Suárez Vértiz apolítico, hijo de modelo famosa como sus amigos y de billetera gruesa como su entorno, se paseaba por las discotecas cantando de “tomar un vino y una cerveza y hacer el amor” o de “los globos del cielo”, mientras el país se caía a pedazos entre sangre y corrupción. Lo más parecido que hizo a protestar fue escribir “Degeneración actual”, una canción conservadora, machista, homofóbica y de mal gusto.

No voy a decirle a alguien que no cante de amor, cómo podría yo… Está bien cantar de lo que se quiera, pero decirse apolítico y que esa es la razón de su éxito es una mentira cobarde. Pedro Suárez Vértiz podía vivir en ese Perú que nunca se vio realmente afectado por el terrorismo o la dictadura. Que no joda Pedro Suárez Vértiz… no es apolítico, al contrario, es sumamente político y su discurso es el de quienes desde el podio de sus privilegios de clase creen que pueden decirle al resto cómo deben ser y que sean como él.

Otra cosa… Hay que pensar que el mundo es plano y del tamaño de una servilleta para decir que Pedro Suárez Vértiz triunfó… qué pocas aspiraciones las de Pedro. ¿Hizo carrera fuera del país? No hablo de tocar fuera para la comunidad peruana que no es lo mismo. Hablo de una carrera firme y seria fuera de nuestro país donde él existe gracias a sus privilegios y a la radio de la que pocos son dueños, radio que insiste en pasar la música de su amigo inventado.

Hace un mes 8 ex militares chilenos fueron finalmente condenados a 18 años de cárcel por el asesinato de Víctor Jara. Un músico chileno que no solamente es reconocido y referencia para otros músicos en todo el mundo, sino que hizo de su música, su guitarra y su voz un instrumento de resistencia contra la dictadura de Pinochet. Fue detenido y llevado al en ese entonces Estadio de Chile junto a muchos otros opositores de la dictadura, fue torturado, se le fracturaron las manos para que no pueda tocar guitarra nunca más, se le ejecutó de un balazo en la cabeza y luego se le acribilló con 44 balazos. Su cuerpo fue tirado a una fosa común como NN y después de un tiempo recién su esposa pudo reconocer el cadáver para darle sepultura.

Cualquier párrafo escrito por Víctor Jara tiene más valor en Latinoamérica y el mundo que el mejor de los discos de Pedro… o que cualquiera de los artículos cojudos que escribe en páginas y revistas. Víctor Jara no fue apolítico, Víctor Jara no fue un cojudo y, sobre todo, Víctor Jara no fue un cobarde.

¿De qué éxito habla entonces Pedro Suárez Vértiz? Nadie que diga que callar ante la injusticia es la clave del éxito merece respeto. Púdrete Pedro.

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COMENTARIO CRÍTICO

Mirko Díaz Sánchez

He leído el texto de PSV y Carlos García (Charly)  y en realidad suscribo el artículo de PSV. Charly acusa a PSV de considerar su apoliticidad como causa de su éxito. Pero esta interpretación es errónea, no se deduce del texto. PSV hace un breve comentario sobre su juventud y la de otros cantantes de su generación; y la situación adversa que les tocó vivir. A continuación cito sus palabras: “Por eso crecimos apolíticos. Porque la política era paupérrima. Y triunfamos. Hasta hoy”. PSV se confiesa a sí mismo apolítico, debido al carácter paupérrimo de la política, pero en ningún momento dice que esta elección personal sea la correcta, ni que deba ser un modelo a seguir para todos los jóvenes peruanos. Y tampoco dice que esta sea la causa de su éxito, como sostiene C.G. Luego añade “Y triunfamos”, aunque no está explícito, a decir de PSV su triunfo se debe a su esfuerzo personal por salir adelante y cumplir sus metas. Luego PSV nos aconseja: “No caigan en fanatismos inútiles”. Consejo que me parece válido, pues, creo que el dogmatismo en todas sus posibles vertientes es dañino. Luego PSV afirma: “El mundo fue, es, y será una porquería, reza el dicho. Pero quedas tú y ninguna podredumbre política debe frenarte.” Creo que la intención de PSV fue brindar un consejo a los jóvenes peruanos para que continúen luchando por sus metas personales sin fanatismos, y sin caer en pesimismos pese a la adversa situación política que sufrimos día a día, pero obviamente dicho consejo, tiene un sesgo, se produce desde su experiencia personal que no tiene que ser perfecta o adecuada a nuestras expectativas personales y credos políticos… y que se ajusta a la clase social a la que pertenece… Considero que una crítica que podría realizar a  PSV es que no todos los jóvenes de su generación fueron apolíticos, pero creo que el mismo PSV estaría de acuerdo con esto.

 C.G. critica a P.S.V. por afirmar que “triunfó porque …. eligió ser apolítico”. Y como he argumentado en el párrafo anterior, ello no es cierto. Me parece que C.G. comete (sin ser consciente de ello) la falacia del hombre de paja, falacia que consiste en atacar una afirmación no formulada por el oponente; luego inicia su critica a P.S.V. haciendo una observación que es verdad “ser apolítico es tomar una posición”. C.G. dice “no voy a decirle a alguien que no cante de amor, cómo podría yo… Está bien cantar de lo que se quiera, pero decirse apolítico y que esa es la razón de su éxito es una mentira cobarde”. Pero pese a dichas afirmaciones C.G. afirma: “él eligió darle la espalda a su país en el momento que más lo necesitaba. Él eligió cantar que su “auto era una rana” y no sobre otros muchachos que como él eran desaparecidos o detenidos” entonces C.G. si juzga a PSV por la temática de sus composiciones, por ser una temática politicamente apolítica, solo le falta adjetivarla de “burguesa, subjetiva y reaccionaria”.
Lo juzga por tomarse fotos con Keiko y desearle que sea presidenta, lo juzga por pertenecer a una clase social acomodada, como si uno eligiera la clase social en la que le toca nacer, e ir a discotecas como si los jóvenes de su época y él mismo no hubiera ido a una discoteca nunca. “hijo de modelo famosa como sus amigos y de billetera gruesa como su entorno, se paseaba por las discotecas cantando de “tomar un vino y una cerveza y hacer el amor” o de “los globos del cielo”… C.G. agrega “su discurso es el de quienes desde el podio de sus privilegios de clase creen que pueden decirle al resto cómo deben ser y que sean como él” no puedo estar de acuerdo con estas afirmaciones pues PSV nunca se ha erigido como un modelo de vida de nadie… Luego C.G. minimiza el éxito o el triunfo de PSV, mostrando un claro ejemplo de que el peor enemigo de un peruano es otro peruano...  “Otra cosa… Hay que pensar que el mundo es plano y del tamaño de una servilleta para decir que Pedro Suárez Vértiz triunfó… qué pocas aspiraciones las de Pedro. ¿Hizo carrera fuera del país? No hablo de tocar fuera para la comunidad peruana que no es lo mismo. Hablo de una carrera firme y seria fuera de nuestro país donde él existe gracias a sus privilegios y a la radio de la que pocos son dueños, radio que insiste en pasar la música de su amigo inventado.” Al respecto, diré que la noción de triunfo o éxito es relativa por lo que siempre se podrá argumentar a favor o en contra del triunfo de una persona.

      Luego, viene la comparación entre P.S.V. y Víctor Jara. Comparación tendenciosa que muestra la valoración personal que hace C.G. de lo que debe ser un verdadero músico y artista. Víctor Jara fue un hombre comprometido con la lucha social y que dio la vida por sus ideales políticos. Creo que nadie puede negar el valor de dicho sacrificio…; pero cuál es el argumento en esta comparación, que ¿solo el arte comprometido es arte?, acaso ¿el arte comprometido tiene más valor que el arte sin compromiso político?, ¿que el criterio para valorar a un artista debe ser su postura política o su arte?, ¿que nuestra valoración de las obras artísticas deben guiarse según nuestra ideología política?  Y entonces extendamos la conclusión de C.G. a todos los músicos y artistas no comprometidos con la postura política “correcta”. Y termina agregando: “Cualquier párrafo escrito por Víctor Jara tiene más valor en Latinoamérica y el mundo que el mejor de los discos de Pedro… o que cualquiera de los artículos cojudos que escribe en páginas y revistas. Víctor Jara no fue apolítico, Víctor Jara no fue un cojudo y, sobre todo, Víctor Jara no fue un cobarde”. Termina su escrito insultando a PSV, ya que si Víctor Jara no lo fue, PSV si fue apolítico, cojudo y cobarde. Y otra vez, atribuyéndole palabras que él no ha pronunciado, lo desacredita una última vez. Y vuelve a ser ofensivo: “¿De qué éxito habla entonces Pedro Suárez Vértiz? Nadie que diga que callar ante la injusticia es la clave del éxito merece respeto. Púdrete Pedro.” Por último el artículo se añade una foto de Pedro con Keiko Fujimori, como si el hecho de tomarse una foto con alguien implica la adopción de sus ideas políticas. Y entonces resumamos las ideas expresada por C.G.:  
(1)  Atribuye erróneamente a PSV la idea de que su triunfo se debe a su apoliticidad.
(2)  Afirma que la apoliticidad es una toma de posición política, idea con la cual estoy de acuerdo.
(3)  Acusa a PSV por no elegir temas políticamente correctos para sus canciones.
(4)  Acusa a PSV por pertenecer a una clase social, como si fuera una elección propia.
(5)  Acusa a PSV de no haber logrado un verdadero triunfo.
(6)  Compara a PSV y a Víctor Jara, con la intención de mostrar el valor de un músico comprometido políticamente.
(7)  Por último menosprecia, insulta y agrede verbalmente a PSV.

    Creo que la controversia entre P.S.V. y C.G. elevada a un plano filosófico y político se mueve en las siguientes interrogantes: ¿Es válido juzgar a un artista  por sus compromisos políticos o morales? ¿El credo político y moral de un artista deslegitima el valor de su arte? Mi posición es que no. No creo que solo el arte comprometido sea arte. No creo que el arte comprometido tenga más valor intrínseco que el arte sin compromiso político, puedo apreciar el valor de ambos a pesar de sus diferencias, tampoco creo que el criterio para juzgar el valor de un artista sea su postura política, sino la belleza de su arte, y menos que deba imponer mis prejuicios políticos a la hora de evaluar una obra de arte. No sé si PSV es fujimorista, ni me importa, sé que su música no lo es y con eso me basta. Valoro su música por el sentimiento profundo que despierta, me gustan las canciones de amor, subjetivas, burguesas, reaccionarias, apolíticas, cojudas y cobardes… Considero que un artista, es un ser humano, imperfecto, limitado, falible y por ello más humano… Y juzgo a las personas por su calidad moral y no por su ideología política. Gracias PSV por tus canciones… “Cuéntame”, “Una vez una flor”, “Te siento de solo pensar”, “Cuando piense en volver”, “Lo olvidé”, y otras más… Y cuando escribo esto vienen a mi mente… la acusación de John Lenon a Paul Mac Cartney de que solo escribe tontas canciones de amor, acusación a la que Paul respondió con una bella canción “Silly Love Song”; viene a mi mente la escena de la adaptación al cine del Doctor Zhivago (1965) con Omar Sherif y la conversación entre Pavel Strelnikov y Yuri Andreievich sobre la importancia de la poesía y la revolución; y no puedo dejar de recordar la amistad del "Amauta" José Carlos Mariátegui con el gran poeta apolítico José María Eguren. No caigamos en fanatismos inútiles, nunca más pongamos a la ideología por encima de las personas.